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La lactosa en las etiquetas

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

Publicado el: 07/01/2021

Escrito por: Pilar Moreno Herrería

Tanto si sois intolerantes a la lactosa como si no lo sois, es muy posible que sepáis que no solo los productos lácteos tienen contenido en la misma, existiendo diferentes tipos de alimentos que, a priori, no serían sospechosos de provocarnos un rato desagradable. Por dicha razón, es importante que conozcáis este otro tipo de productos en los que me voy a centrar a lo largo del post, sobre todo si acaban de detectaros la intolerancia y andáis un poco perdidos o, simplemente, si habéis decidido reducir o eliminar totalmente la lactosa de vuestra alimentación sin ser intolerantes. Quizá cuando terminéis la lectura os sorprendáis de la cantidad de productos que no imaginabais que la contenían. Me gustaría recalcar que se trata de unas orientaciones muy generales, que no buscan profundizar en el tema de la intolerancia a la lactosa, ni limitar o promover el consumo de unos productos u otros. Simplemente, centran el foco en la lectura de etiquetas.

 

Obviando todos los lácteos y sus derivados debéis prestar especial atención a las etiquetas de:

 

-Purés y sopas industriales: por el tipo de elaboración y/o conservación, estas preparaciones pueden contener lactosa. En este caso, lo mejor será haceros el puré o el caldo en casa, donde añadireis vosotros mismos los ingredientes.

 

-Pan: os recomiendo preguntar en vuestra panadería habitual cómo hacen el pan y, si lo consideráis, podéis cambiar a un tipo de pan en el cuál os aseguren que no contiene ningún producto lácteo. Si se trata de un pan ya envasado, no dudéis en leer el etiquetado.

 

-Fiambres y embutidos: debido a su conservación, todos estos productos pueden contener trazas de lácteos, aunque existen algunas marcas que los han eliminado. En este caso, podéis mirar el etiquetado hasta encontrar dichas marcas. De todas formas, me gustaría recordaros que para llevar una alimentación saludable, el consumo de estos productos debe ser muy esporádico.

 

-Jamón: no debe contener lácteos, pero os recomiendo que os aseguréis leyendo el etiquetado.

 

-Salchichas: por el tipo de conservación que suele tener, este tipo de producto contiene trazas de lácteos. De igual manera que con los embutidos, hay algunas marcas que han eliminado dicho contenido. Recomiendo leer bien las etiquetas para elegir los que más os interesen en cada caso, teniendo en cuenta que no resulta saludable consumir salchichas de manera habitual.

 

-Galletas: atended bien al etiquetado de este tipo de producto porque existen muchas variedades y podéis encontrar galletas sin contenido en lactosa si buscáis de manera consciente. Recuerdo que tampoco se recomienda su consumo habitual y preferiblemente deben ser integrales.

 

-Dulces: os será difícil encontrar dulces industriales sin lactosa pero investigando bien entre las etiquetas puede ser que os llevéis alguna que otra sorpresa. De todas formas, en este caso, mi recomendación es que busquéis recetas sin lactosa en Internet y hagáis vuestros propios dulces caseros, siendo conscientes en todo momento de los ingredientes que utilizáis. Buenas opciones para sustituir lácteos y azúcares son, por ejemplo, la leche de almendras, la fruta o la leche de soja. Como algunos de los anteriores, estos productos, sean o no caseros, se deben consumir de manera muy esporádica.

 

-Cereales y barritas de cereales: leed bien los etiquetados porque la mayoría de estos productos contienen ingredientes lácteos. En tiendas más especializadas, herboristerías o parafarmacias podéis encontrarlos libres de lactosa más fácilmente.

 

-Mayonesa: una vez más es importante que os centréis en el etiquetado, puesto que existen ciertas marcas que la fabrican sin lácteos. Os recalco que no se recomienda el consumo habitual de mayonesa.

 

-Kétchup: de manera similar al anterior, prestad atención a las etiquetas, ya que hay algunas marcas que lo hacen sin lácteos. Solo tenéis que investigar. Me gustaría recordaros que el kétchup contiene azúcares y su consumo debe ser esporádico.

 

-Patés: de nuevo es interesante que busquéis entre los diferentes etiquetados y podréis encontrar varios patés libres de lactosa. Este tipo de producto sigue el patrón de los anteriores, recomendándose consumir esporádicamente.

 

-Margarina: hay ciertas marcas que no contienen lácteos porque son de soja, de aceite de oliva… Si os interesa tomarla de vez en cuando, podéis buscarlas. En este caso, tampoco recomiendo su consumo habitual.

 

-Pizzas: las bases de las pizzas, al igual que el pan, pueden tener trazas de leche o productos lácteos, pero algunas marcas están libres de lactosa. Mi consejo es que os comprometáis a leer bien las etiquetas, compréis la base sin lácteos y elaboréis la pizza en casa con ingredientes libres de lactosa. Acordaos de que si las compráis ya preparadas, casi todas las bases llevan queso.

 

Aquí tenéis muchos ejemplos de productos que, en principio, no nos deberían preocupar, pero que, sin embargo, debemos tener muy en cuenta, pararnos a leer sus etiquetas y hacer buenas elecciones si estamos restringiendo la lactosa de nuestra dieta. Pero, ¿qué pasa con los lácteos?, ¿no podemos incluirlos en nuestra alimentación? En este caso, casi siempre tendremos que acudir a las opciones vegetales, que no se considerarían lácteos:

 

-Leche: aunque no se consideran productos lácteos, porque son vegetales, son opciones muy interesantes la leche de soja, de almendras o de nueces. Estas bebidas, al proceder de alimentos vegetales, no tienen lácteos ni lactosa. Probad nuevos sabores y nuevas formas de tomar leche.

 

-Flanes y yogures: existen marcas en las que la cantidad de leche es mínima y no van a contener una cantidad significativa de lactosa. Si sois intolerantes a la lactosa es muy importante tener en cuenta vuestro grado de intolerancia si optais por tomar estos productos con menor cantidad de lactosa, pero que la contienen. Son también opciones libres de lactosa las que encontramos en tiendas especializadas, existiendo productos vegetales, no lácteos, como el yogur de soja, por ejemplo.

 

-Nata: una vez más, podemos optar por hacer elecciones vegetales. En tiendas especializadas, parafarmacias o herboristerías podéis encontrar nata de soja. Os invito a buscarla en otras superficies no especializadas, pero os será tarea difícil. Me gustaría recordar en este caso, que su consumo no debe ser habitual, siendo preferible las natas que contienen menos grasa.

 

-Queso: es importante que sepáis que mientras más curado esté el queso menos lactosa va a contener, llegando a representar una cantidad no significativa en los quesos curados. Por otra parte, os recuerdo que los quesos curados son los más grasos y los menos recomendables y que si sois intolerantes a la lactosa, tenéis que tener muy en cuenta que vuestro grado de intolerancia y la cantidad de queso que consumáis, aunque sea curado, van a jugar un papel primordial.

 

Ahora que sabéis un poco más, os invito a reflexionar, ¿qué pensáis de los lácteos?, ¿los que no sois intolerantes a la lactosa, tomáis lácteos o los habéis desechado totalmente de vuestra dieta?, ¿tenéis los intolerantes fácil acceso a productos sin lactosa?, ¿hay suficiente, clara y adecuada información?, ¿ha mejorado el acceso y el precio de los productos sin lactosa o todavía queda camino?

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Pilar Moreno Herrería

Nutricionista y entrenadora personal en VirtuaNutFit. Escribo historias desde pequeña. Vivo nuevas aventuras y experiencias a diario, tanto ahí fuera como en mis mejores refugios; la música y un buen libro.

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