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Alimentación

¿Tapeamos?

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

Publicado el: 04/02/2021

Escrito por: Pilar Moreno Herrería

Ya sabemos que el momento de la tapa o el aperitivo es uno de los más agradables y esperados de la semana, puesto que nos sirve para desconectar de nuestras actividades diarias, conversar con familiares, amigos o pareja y para tomar un poco el aire y salir de casa. Me gustaría dejaros algunos consejos para que podáis seguir llevando a cabo este bonito ritual mientras que cuidáis vuestra alimentación y evitar que esta costumbre se convierta en enemiga a la hora de conseguir los objetivos que os habéis marcado.

 

En primer lugar debemos tener muy presente que la frecuencia con la que tapeemos va a ser importante y que no influirá tanto en nuestra salud si tomamos tapas una o dos veces por semana a si lo hacemos diariamente. Os propongo pensar en el momento del tapeo como una actividad sencilla pero muy especial y que disfrutaremos más si la realizamos esporádicamente durante el fin de semana o en nuestro día de descanso. Al contrario, si la tomamos por costumbre no la sentiremos como un momento diferente a nuestra cotidianeidad, dejaremos de disfrutarla por haberla degradado a una rutina más del día a día y repercutirá negativamente en nuestra salud, impidiéndonos cumplir con los objetivos marcados o haciéndonos ganar unos kilos sin que nos demos ni cuenta. Por tanto y para no abusar de las tapas, os animo a elegir un día o dos de la semana como máximo para tomaros vuestra tapa o aperitivo tranquilamente, disfrutando del momento y compartiéndolo, si así queréis, con alguien.

 

En segundo lugar, uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es qué alimentos va a ser más recomendable consumir en nuestros tapeos. Os recomiendo elegir siempre o casi siempre tapas que contengan verduras, tanto cocinadas como crudas en ensaladas frías, como por ejemplo ensaladas, salteados o revueltos de verduras, champiñones con cebolla y ajo, champiñones con jamón, salpicón, picadillo y tomate picado. También serían saludables las ensaladas frías de legumbres, tubérculos o cereales, como ensaladas de lentejas, ensaladas de arroz, ensaladilla de patatas sin mayonesa, etc. Otra buena opción puede ser el atún en conserva, la caballa sola o con tomate crudo, el atún con tomate crudo, el aguacate y el queso fresco.

 

Ya con menos frecuencia, pero siendo todavía buena opción, podemos tomar pescados, mariscos y algunas carnes y quesos, como ejemplos se me ocurren los quesos poco grasos, las anchoas, pescado frito, gambas al ajillo, almejitas con vino, mejillones, berberechos, jamón, pinchitos de pollo, filetitos de pechuga de pollo o de pavo y hamburguesitas de pollo o de pavo. En este grupo podemos incluir los revueltos de patatas y las aceitunas.

 

Son peores opciones, y debemos reducir su consumo, algunos fritos, los procesados, los rebozados, las carnes más grasas, las salsas y los alimentos grasos. Como ejemplos tenemos ensaladilla, patatas fritas, patatas de bolsa, salchichas, chorizo, quesos grasos, alioli, albóndigas, croquetas, alitas de pollo fritas, nuggets, mini san jacobos, mini flamenquines, mini pizzas o mini paninis y preparados de carne de cerdo como el lomo al jerez, la carrillada, la carne con tomate, etc. No se trata de que nos prohibamos estos alimentos, simplemente de tener claro que su consumo debe ser menos frecuente.

 

Además, seguro que muchos de vosotros os preguntareis qué pasa con la bebida que acompaña a nuestra tapa. Como ya intuiréis, es un asunto de capital importancia y que va a influir en la calidad de nuestro tapeo en la misma medida que la comida. Recomiendo consumir con mayor frecuencia agua, agua con una rodajita de limón y cerveza sin alcohol. En menor medida podemos elegir refrescos sin gas y como última y peor opción estarían los refrescos con gas en sus opciones lights o azucaradas. Para terminar con las bebidas, me es imprescindible recordar que no se recomienda el consumo de alcohol para llevar una vida saludable.

 

Por último, no debemos olvidar que la comida que vayamos a hacer después de nuestro tapeo debe ser más ligera que la que haríamos si no hubiéramos tapeado y que lo ideal sería que esta comida se complementara con las tapas que hemos ingerido antes, para conseguir así un almuerzo o una cena lo más equilibrada posible. En cuanto al número de tapas, una buena cifra sería entre una y dos tapas como máximo antes de nuestra comida principal.

 

Finalizo resaltando que estas son orientaciones para la población general y no se deben aplicar a situaciones especiales. Por ello, os animo a consultar siempre con vuestro o vuestra nutricionista si os encontráis en alguna de estas situaciones, si tenéis dudas más concretas acerca de cualquier otro alimento o receta que yo no haya mencionado o si queréis profundizar más en la materia. Descubriréis que es sencillo tapear de manera saludable cuando salgáis y que podéis animaros a cocinar algunas de estas tapas en casa, ahora que la situación sanitaria nos obliga a permanecer más tiempo en nuestros hogares.

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Pilar Moreno Herrería

Nutricionista y entrenadora personal en VirtuaNutFit. Escribo historias desde pequeña. Vivo nuevas aventuras y experiencias a diario, tanto ahí fuera como en mis mejores refugios; la música y un buen libro.

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